10 ago 2008

Emoción*

La emoción es una modificación del estado del cuerpo, seleccionada filogenéticamente como respuesta estereotípica a un estímulo que es ‘emocionalmente competente’. Nuestro sistema emocional evalúa en forma constante la información que nos llega a través de los sentidos para distinguir patrones que pueden activar emociones, es decir, ser reconocidos como hechos-elementos emocionalmente competentes que implican una acción eventual.
Las emociones son experiencias muy complejas, fenómenos psico-fisiológicos, que representan modos eficaces de adaptación a diversos cambios de las demandas ambientales. En el aspecto psicológico, las emociones alteran la atención y elevan el rango de ciertas conductas en la jerarquía de respuestas del individuo. En cuanto a la fisiología, ellas organizan las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluyendo las expresiones faciales, los músculos, la voz y el sistema endocrino, con el objetivo de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
Permiten que una persona establezca suposición con respecto a su entorno, siendo impulsada hacia otras personas, objetos, acciones o ideas. Funcionan también como una especie de depósito de influencias innatas y aprendidas.
Se puede decir, que no son entidades psicológicas simples, sino una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación.
Las emociones como los motivos pueden generar una cadena compleja de conducta que va más allá de la simple aproximación o evitación.
El encargado de regular los aspectos fisiológicos de las emociones es el Sistema Nervioso. El sistema nervioso autónomo acelera y desacelera los órganos a través del simpático y para-simpático; la corteza cerebral puede ejercer una gran influencia inhibitoria de las reacciones fisiológicas; de este modo algunas personas con entrenamiento logran dominar estas reacciones y llegan a mostrar un auto control casi perfecto.
Actualmente se considera que las emociones constituyen una serie de mecanismos corporales desarrollados durante la historia evolutiva de los organismos (filogenia), susceptibles de modificarse mediante el aprendizaje y la experiencia (ontogenia) y cuyo principal objetivo es aumentar la homeostasis, la supervivencia y el bienestar del organismo. Genéricamente, podemos establecer tres funciones principales:
1. Adaptativa: Facilitan el ajuste del organismo a nuevas condiciones ambientales. Cada emoción, tanto las consideradas positivas como las negativas, tendría una utilidad determinada.
2. Motivacional: Potenciando y dirigiendo conductas (en la dimensión atracción-repulsión).
3. Comunicativa: en dos niveles: los intrapersonales como fuente de información y los interpersonales en una dimensión social, comunicando sentimientos e intenciones (principalmente de manera no verbal), influyendo en la conducta de otros y potenciando las relaciones.
Las emociones nos mueven hacia aquello que se evalúa como agradable y nos apartan de lo que nos resulta aversivo, adquiriendo un papel fundamental en la toma de decisiones y la solución de conflictos. Así, las reacciones emocionales resultan de especial utilidad cuando nos enfrentamos a información variada e incompleta o a situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas exclusivamente a través de razonamientos. De hecho, las emociones parecen tener la capacidad de modular la actividad del resto de funciones cognitivas pudiendo llegar incluso a tomar un papel dominante en la estructuración de los de procesos cognitivos.